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Italia, patrimonio culinario mediterráneo

La dieta mediterránea representa un conjunto de hábitos alimenticios que refleja un sistema cultural centrado en la salud, la calidad de los alimentos y su conexión con el territorio.
Inspirada en las tradiciones alimentarias de los países europeos de la cuenca mediterránea, esta dieta, que predomina en la población del Mare Nostrum, ha sido reconocida desde 2010 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Numerosos estudios médicos han corroborado los beneficios de la dieta mediterránea para la salud, evidenciando su capacidad para reducir la incidencia y mortalidad de enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, así como la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Esto se debe a que su base alimentaria está compuesta por verduras y frutas de temporada, cereales, legumbres, pescado, aceite de oliva extra virgen, vino en cantidades moderadas y una limitada ingesta de carne y grasas animales.

La dieta mediterránea promueve el consumo de alimentos en armonía con los ritmos de la naturaleza, respetando la biodiversidad y las particularidades del territorio a través de diferentes siembras y rotaciones de cultivos, lo que también contribuye a la seguridad alimentaria.

El alto consumo de cereales, frutas, verduras y legumbres requiere menos recursos naturales (suelo, agua) y genera menores emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con un modelo basado en la producción y consumo de proteínas animales.

Esto no solo reduce el impacto ambiental, sino que también disminuye los costos de adquisición y transporte desde regiones lejanas.

En este contexto, los productos originarios de la cuenca mediterránea y los procesos de producción que garantizan su calidad, como las certificaciones de “Indicaciones Geográficas Protegidas” (IGP) y “Denominaciones de Origen Protegidas” (DOP), son de gran relevancia. Estas certificaciones preservan las tradiciones alimenticias y garantizan la excelencia en sabor y valor nutricional,
además de apoyar la economía de las zonas rurales.

 

La publicación anterior – “Italia, patrimonio culinario mediterráneo” – destaca algunos productos alimenticios, territorios e itinerarios eno-gastronómicos de Italia y contribuye al mejor conocimiento y difusión de las excelencias gastronómicas italianas.

Además, es una ocasión para promover las tradiciones culinarias, gastronómicas y enológicas italianas a partir de los valores que las distinguen: calidad, sostenibilidad, cultura, educación, identidad, territorio, biodiversidad, inclusión, valorización de productos.