
El Teatro Nacional de Costa Rica es el principal teatro del país. Se encuentra en el lado este de la Plaza Juan Mora Fernández en la ciudad de San José, sobre la Avenida 2 Libertador Juan Rafael Mora, entre las calles 3 y 5 en el barrio Catedral, San José; es un edificio de estilo historicista, que se caracteriza por el uso de estilos y técnicas arquitectónicas del pasado, completado en 1897. Es considerado uno de los edificios más importantes de la historia nacional y la principal joya arquitectónica de la ciudad de San José. Su construcción tiene un significado profundo: se inserta en una etapa de construcción y definición del Estado costarricense dada la estabilidad económica y política de la época.
Como institución, el Teatro Nacional promueve la producción de artes escénicas de alto nivel artístico y conserva para el público algunas de las obras de arte más valiosas del país. Ha sido declarado monumento nacional, patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica y símbolo nacional del país.
La construcción del Teatro Nacional de Costa Rica comenzó en 1891, con base en el Decreto N.° XXXIII del 28 de mayo de 1890, que lo declaraba “obra nacional”.
En aquella época, San José contaba con unos 20.000 habitantes.
Ya en el periodo colonial existía una tradición teatral, predominantemente religiosa, que sin embargo no había encontrado aún una sede estable. Solo después de la independencia y con la construcción de un Estado moderno se realizó el primer teatro público, el Teatro Mora, luego convertido en Teatro Municipal, destruido por un terremoto en 1888.
El impulso para una nueva gran sala nació durante la presidencia de José Joaquín Rodríguez Zeledón.
La construcción fue financiada inicialmente con un impuesto a la exportación del café, luego sustituido por un impuesto sobre las mercancías importadas.
Las contribuciones de la población superaron con creces las de los grandes productores de café, desmintiendo el mito de que fueron solo los cafetaleros quienes financiaron el Teatro.
Inaugurado en 1897 con la ópera Fausto de Gounod, el Teatro fue proyectado por ingenieros costarricenses formados en Europa. Algunos elementos, como el sistema de elevación del piso, fueron encargados al ingeniero mecánico italiano Cesare Saldini. El interior, de estilo neorrenacentista, está embellecido con mármoles de Carrara, lámparas de cristal y decoraciones en oro,
mientras que el exterior está adornado con estatuas realizadas por el escultor italiano Pietro Bulgarelli.
Es particularmente conocida la pintura Alegoría del café y el banano del italiano Aleardo Villa, símbolo del modelo agroexportador del país.
Entre las esculturas figuran también obras de artistas italianos como Adriático Froli y genoveses como Pietro Capurro, además de esculturas costarricenses, entre ellas Los héroes de la miseria de Juan Ramón Bonilla y El Flautista de Jorge Jiménez Deredia.
Además de obras italianas, el Teatro está enriquecido con numerosos aportes europeos de altísima calidad, como las pinturas El Arte y El Comercio del pintor español Tomás Povedano.
En 1965 el Teatro fue declarado Monumento Nacional y desde entonces representa un símbolo de la identidad cultural costarricense:
es sede de espectáculos, conferencias, visitas oficiales y eventos culturales.
En 2025 se completó además la restauración de los lienzos de gran formato Musa I y Musa II, en el primer piso del teatro, promovida por el IILA – Instituto Ítalo-Latinoamericano, con financiación del Gobierno italiano.
Actualmente el Teatro Nacional, además de desempeñar su función principal como espacio escénico, es una de las principales atracciones turísticas de San José, gracias a su imponente arquitectura neoclásica.
El teatro ofrece visitas guiadas los fines de semana y dispone de una cafetería y una tienda de recuerdos.
El Foyer, con dos salones anexos (antiguamente reservados para fumadores hombres y mujeres), se utiliza hoy para conciertos de cámara y recepciones oficiales, y la programación de eventos siempre está dedicada a las iniciativas más importantes o a los invitados presentes en el país.
Es innegable el valor político e histórico del Teatro para el país: para el pueblo costarricense es pacíficamente ya la obra histórica y monumental de referencia para ciudadanos y turistas, cumpliendo la función esencial de dotar a Costa Rica también de una oferta turística histórica, y no solo naturalista.
Pero sobre todo, un elemento quizás aún más importante: ha marcado un momento históricamente fundamental para el país,
es decir, cuando la definición y consolidación del Estado en la segunda mitad del siglo XIX permitió finalmente la construcción de una gran obra pública, dedicada exclusivamente al país (y no al gobernante de turno), con una clara proyección cultural y de prestigio.
No es casualidad que el Teatro Nacional estuviera acompañado por importantes inversiones en infraestructura, como el Ferrocarril Atlántico: el Estado empezaba a desempeñar una función, y eligió hacerlo también a través de la cultura.
1: https://guiascostarica.info/cultura/el-teatro-nacional/?utm; https://www.primeraplana.or.cr/es/Historico/CAFETALEROS_SE_APODERARON_DEL_TEATRO_NACIONAL_SIN_RUBORIZARSE/?utm