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Las relaciones diplomáticas entre Italia y Costa Rica: 160 años de historia, hacia el futuro

En 2024 se celebran los 160 años desde el inicio de las relaciones diplomáticas oficiales entre Italia (primero Reino de Italia, hoy República Italiana) y la República de Costa Rica. Un vínculo sólido y duradero, que ha atravesado distintas épocas históricas, consolidándose en una cooperación bilateral rica y multidimensional. Aunque menos conocido respecto a otras relaciones italianas en América Latina, este lazo ha estado marcado por una notable continuidad, basada en valores compartidos e intereses comunes.

Los primeros contactos se remontan a mediados del siglo XIX: Costa Rica reconoció al recién nacido Reino de Italia en 1861, y en 1863 se firmó el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación. En aquellos años, mientras Italia completaba su proceso de unificación, Costa Rica – joven república independiente – buscaba afirmarse en el plano internacional. Italia pronto se convirtió en un socio comercial relevante, con inversiones en los sectores agrícola, de infraestructura y manufactura. Paralelamente, la emigración italiana contribuyó al nacimiento de instituciones culturales, como la Sociedad de Socorro Mutuo, la Dante Alighieri y la Casa Italia, que aún hoy testimonian la vitalidad de la presencia italiana en el país.

Durante la Segunda Guerra Mundial, las relaciones atravesaron una fase crítica: en 1941 Costa Rica se alineó con Estados Unidos y declaró la guerra a Italia, suspendiendo los tratados vigentes e imponiendo restricciones a los ciudadanos italianos. Sin embargo, en la posguerra, las relaciones retomaron fuerza, con nuevos acuerdos económicos y políticos, la apertura de sedes diplomáticas y una creciente cooperación en el desarrollo, la cultura y la formación.

En los años posteriores, y en particular desde los años 90, Italia se ha convertido en un socio importante en la cooperación al desarrollo, en la promoción de los derechos humanos y en la protección ambiental. Han aumentado los intercambios académicos, los proyectos de investigación conjunta, las iniciativas culturales y las inversiones italianas en sectores estratégicos como la farmacéutica, la automatización, la electrónica y el turismo sostenible.

No faltan figuras simbólicas que encarnan este vínculo, como el periodista y político José Albertazzi, el artista Francisco Amighetti, o el partisano costarricense Carlos Luis Collado Martínez, caído en Italia luchando contra la ocupación nazi. Igualmente relevante es el aporte de inmigrantes italianos a la ciencia costarricense, con nombres como Cesare Dondoli y Ettore De Girolami.

Hoy las relaciones entre Italia y Costa Rica son dinámicas y orientadas hacia el futuro: colaboración en el ámbito multilateral, diálogo político continuo, compromiso conjunto en temas globales como el cambio climático, la gobernanza internacional y la sostenibilidad ambiental. Las dos sociedades civiles, a través de ONG, universidades y redes profesionales, mantienen vivos los lazos desde abajo, reforzando el sentido de cercanía y comunidad.

En síntesis, Italia y Costa Rica celebran no solo 160 años de relaciones diplomáticas, sino también una historia de amistad construida sobre la confianza recíproca, la afinidad cultural y una visión compartida de progreso, democracia y cooperación.

Lee aquí el artículo completo del Embajador de Italia en Costa Rica, Alberto Colella, publicado en la “Revista Costarricense de Política Exterior” con motivo de los 160 años de relaciones diplomáticas entre ambos países.