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Oscar Scaglioni

Oscar Scaglioni nació en 1927 en Castelponzone, en la provincia de Cremona, Italia. Desde joven mostró un talento excepcional para la música lírica. Estudió en el prestigioso Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán, donde se graduó en 1951 como barítono y maestro de escena.

Debutó en 1952 en el Teatro Nuevo de Milán con la ópera Rigoletto. En los años siguientes trabajó como cantante y director artístico en el Teatro da Camera de Milán, recibiendo la Medalla de Santa Cecilia por su contribución a la música lírica.

Durante su carrera europea, Scaglioni cantó junto a Beniamino Gigli, Tito Schipa, Mario Del Monaco, Ettore Bastianini, Gianni Poggi y Renata Tebaldi, llevando su talento de gira por numerosas ciudades europeas con la compañía de Ópera Italiana.

En 1961 se trasladó a América con la compañía de Ópera Italiana, estableciéndose definitivamente en Costa Rica en 1963, a la edad de 34 años. Su llegada marcó un cambio decisivo en el panorama lírico del país, convirtiéndose en uno de los principales artífices de la profesionalización y difusión de la ópera en Costa Rica.

Aquí se destacó no solo como barítono, sino también como director. Fue responsable de la preparación musical y escénica de numerosas óperas y operetas, incluyendo Il trovatore, La forza del destino, Cavalleria rusticana, Pagliacci, La traviata, Tosca, La bohème, Rigoletto, Madama Butterfly, Don Pasquale, L’elisir d’amore, Il matrimonio segreto, La serva padrona, Il maestro di cappella, Il barbiere di Siviglia y La Arlequinata.

Uno de sus primeros éxitos en Costa Rica fue Madama Butterfly, puesta en escena en el Teatro Nacional bajo la dirección musical del maestro Benjamín Gutiérrez. Esta producción marcó el comienzo de un periodo de renacimiento de la ópera lírica en el país.

Inició su actividad docente en un pequeño espacio en la antigua Radio Fides, para luego convertirse en docente en el Conservatorio Castella y en la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica (UCR), donde fue posteriormente nombrado profesor emérito. También fundó su Academia Scaglioni, que se convirtió en un referente para el estudio del belcanto.

Entre sus alumnos figuran importantes nombres del panorama lírico costarricense, como Enrique Granados, Gonzalo Castellón, Julio Villalobos y Magdalena de Hidalgo.

En 1980 recibió el prestigioso Premio Áncora por su contribución a la cultura nacional. Su academia promovió numerosos conciertos en Costa Rica y en Centroamérica, contribuyendo a difundir el repertorio lírico en toda la región.

Falleció el 1 de febrero de 2008.