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Liliana Sorte

Liliana Sorte nació el 11 de octubre de 1940 en Capriate San Gervasio, provincia de Bérgamo. En 1954, a los 14 años, se trasladó a Costa Rica con su padre y su hermana, tras un largo y penoso viaje en barco. Decidieron abandonar Italia tras dos grandes tragedias: la muerte de su madre y el cierre, debido a la Segunda Guerra Mundial, de las fábricas textiles donde trabajaba su padre.

Eligieron Costa Rica porque un primo de su padre vivía allí y les convenció para que se unieran a él, ensalzando las excelentes condiciones de vida en el país (según la Sra. Sorte también exageradamente).

Al llegar a Costa Rica, Liliana se enamoró de un italiano de Roma que también había emigrado a Costa Rica por motivos de trabajo. Él había sido llamado por la SICA (Società Italiana di Colonizzazione Agricola) para trabajar en el sector de las infraestructuras viarias, mientras que el padre de Liliana era el responsable del acueducto de San Vito. En 1955 se casaron. Al contar su historia, la Sra. Liliana transmite tanto el amor que siente por su marido como la gran estima que siente por su padre.

Liliana y su marido estaban plenamente integrados en la sociedad y querían ayudar a la comunidad local. De hecho hicieron todo lo posible por apoyar el centro nutricional de San Vito, por ejemplo, gracias a su pasión por la cocina, vendieron comidas para recaudar fondos para reconstruir este centro y también distribuyeron leche entregada por el Ministerio de Sanidad.

En 1984, la familia Sorte decidió abrir una pizzería en San Vito, que aún existe y tiene mucho éxito. Unos años más tarde compraron un cine frente a la pizzería, negocio que desgraciadamente no prosperó, debido sobre todo a que la gente empezó a asistir menos al cine por los nuevos avances tecnológicos. Así que la cerraron a finales de los años noventa. Liliana y Guido tuvieron seis hijos, tres de los cuales trabajan actualmente en la pizzería familiar junto con cuatro de sus once nietos. La Sra. Liliana contó con gran emoción que sus nietos pudieron estudiar, graduarse y encontrar trabajo como abogados, psicólogos, periodistas, etc.

Se podía ver en sus ojos que el sacrificio que ella y su familia hicieron para dejar su patria valió la pena después de todo.